Imagen de una de las playas de Moncofa. LP

Desconexión garantizada a 30 minutos de Valencia

La pequeña localidad es uno de los tesoros mejor guardados de la siempre reconocida costa de la provincia de Castellón

JC. Ferriol Moya

Valencia

Viernes, 22 de abril 2022, 01:01

La desconexión digital es una de esas nuevas expresiones acuñadas a partir del creciente auge de las nuevas tecnologías y de la tiranía a la que nos someten tabletas, portátiles y teléfonos móviles de todo tipo y generación. Llevarse el trabajo a casa, una experiencia ... que la pandemia ha convertido en oportunidad, amenaza no obstante con derivar en una nueva modalidad laboral, la de la jornada interminable, que quien más y quien menos ya sufre en los tiempos actuales.

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Desconectar, aunque sólo sea unos instantes, un fin de semana o unos días de vacaciones, se convierte en necesidad. Y Moncofa (Plana Baixa, Castellón) es garantía de desconexión. La ermita de Santa María Magdalena, los 'estanys', el paseo marítimo, la pasión por el toro, su gastronomía, sus gentes… la ruta por este municipio ubicado a poco más de 30 minutos de Valencia incluye desde espacios naturales protegidos a playas paradisíacas, pasando por un núcleo urbano que no ha perdido el sabor de los pequeños pueblos valencianos, de esos en los que se conocen todos los vecinos, y por una zona de playa tranquila y familiar, que en los meses estivales ve multiplicada una población que en invierno apenas supera los 7.000 habitantes.

Moncofa, la espalda de la Vall d'Uixó bañada por el Mediterráneo, esademás de la localidad natal del científico Avel.lí Corma, un municipio recién descubierto por el turismo, que hasta hace pocas décadas parecía reticente a disfrutar de sus famosas playas de suaves guijarros. Dejarse llevar por el sonido de las olas del mar y empaparse de la calma que transmite su entorno se convierte en una de las experiencias más agradables para quienes se ven absorbidos durante todo el año por frenéticas jornadas laborales.

La ruta por Moncofa puede arrancar desde la ermita de María Magdalena, patrona de la localidad. Una construcción sencilla, de paredes blancas y lisas, y de gran valor sentimental para los moncoferos. El desembarco de la imagen, cada 23 de julio, se convierte es uno de los acontecimientos más esperados para vecinos y turistas, que comprueban de primera mano la devoción por la patrona. Se trata además de la procesión marinera más antigua de la Comunitat Valenciana.

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La ermita está ubicada a menos de 500 metros de la playa de Moncofa. Pedra Roja, Masbó, Estanyol, el Grau… las playas de esta localidad castellonense han recibido banderas azules y distintivos de calidad no sólo por su limpieza y cuidado, sino también por el reconocimiento de unas aguas ricas en yodo y muy recomendadas para el cuidado de la piel. Luz, calma, la brisa del mar, un entorno agradable que hace de Moncofa una pequeña joya aún por descubrir para el turismo masivo.

Junto a las playas, a sólo unos cientos de metros, el sendero azul del Belcaire, un camino de unos cuatro kilómetros de longitud que transita entre dunas y parajes naturales hasta la desembocadura del rio de ese mismo nombre. Un espacio para el paseo en plena naturaleza, con una fauna muy particular, y una flora de colores vivos y atractivos, y que se prolonga por la playa del Estanyol hasta la localidad de Xilxes, al sur de Moncofa. Un sendero que invita al paseo, a dejarse llevar por la compañía del mar, por el sonido de sus olas y por los aromas de una naturaleza de costa prácticamente virgen.

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Desde la playa de Masbó hasta la de Pedra Roja se ubica el principal núcleo urbano frente al mar. Construcciones consolidadas y pequeñas villas marineras a sólo unos metros de la orilla conviven con edificios de tamaño medio y bajo, lejos en todo caso de la saturación urbanística de otros municipios costeros valencianos. A sólo unos metros, una huerta cuidada que ofrece, gracias quizá a la influencia de un clima casi siempre apacible y a la brisa marina, productos de primerísima calidad que contribuyen a que la cocina de Moncofa se haya ganado merecida fama de selecta. Caminos rurales y asfaltados que rodean campos y pequeños huertos y que llaman al paseo o al recorrido en bicicleta, lejos del ruido de los atascos en los núcleos urbanos de las grandes capitales.

Terrazas para disfrutar de los productos del mar, de los rayos del sol, de la brisa o del rumor de las olas. Moncofa guarda también como un tesoro su pasión por el toro, con numerosas peñas que hacen de esa tradición tan arraigada en algunas localidades valencianas todo un espectáculo a contemplar. Pero, por encima de todo, el carácter amable y gentil de su gente es el que convierte a este municipio en un punto ideal para el descanso y la recarga de energía.

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