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Terraza de la pizzería Marcellino Pizza e Vino.

Dónde comer en el ensanche «pobre» de Valencia

Las Grandes Vías Fernando el Católico y Ramón y Cajal se proyectaron en las mismas fechas que Marqués del Turia con desigual resultado. A nivel gastronómico, pocos restaurantes tienen interés y hay que alejarse hacia Arrancapins o Petxina para encontrar buenos locales

Jueves, 25 de agosto 2022

Viajamos al ensanche «pobre» de Valencia. A esa Gran Vía a la que alguien se le ocurrió el nombre de Fernando el Católico porque supongo que es un rey que tiene calle en todas partes. Esa avenida que se trazó en las mismas fechas que ... Marqués del Turia sin ninguna intención de que el entorno se pareciera; cuando a finales del siglo XIX se derriban las murallas para hacer crecer la ciudad y se dibujan las rondas exteriores, la Gran Vía Marqués del Turia se proyectó como el límite de la Valencia burguesa, con sus manzanas cuadriculadas y sus edificios señoriales, mientras que en aquel tramo que quedaba 'extramuros', muy cerca de las Torres de Quart, no había glamur ni nada que se le pareciera. ¿Cómo lo iba a ser, si la comisaría de policía está construida sobre el cementerio del cólera, como bien explica el arquitecto Javier Domínguez? Dos siglos después, todavía son claras las diferencias sociales entre una gran vía y otra, a nivel urbanístico y patrimonial, también a nivel gastronómico, pero en una ciudad llena de bares y restaurantes siempre hay locales que vale la pena rescatar, en un entorno que se ha revalorizado (véase Arrancapins).

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Así que si algún día vamos a comer al entorno de la Gran Vía Fernando el Católico (añadimos también Ramón y Cajal) hay algunas opciones que vale la pena no perderse, empezando por el bar Ricardo, un clásico que ha mantenido su calidad a lo largo de los años y las generaciones que lo han ido regentando. La barra es una de las mejores de Valencia, al nivel de Rausell o Maipi. Para almuerzos, hay que ir a la terraza del bar del mercado Rojas Clemente, con una vitrina que es pura poesía y que estos uruguayos han completado con una carta de postres que posiblemente no tenga ningún otro bar de almuerzos en Valencia.

Algunas opciones para comer en la misma Gran Vía, en este caso en su confluencia con la calle Quart, la pizzería Marcellino Pizza e Vino. No les falta humor a los dueños de este restaurante donde hay que probar la pizza margarita, la que se cocina en la zona de Nápoles y que sólo lleva tomate, queso y una masa bien fermentada. Otro italiano en la zona que no hay que perderse es la Forcola, en la calle Borrull, y muy cerca de allí, El Pelegrí, uno de los pocos restaurantes del barrio del Botánico que trabajan la cocina creativa. Aunque haya que alejarse un poco y caminar por la calle Quart hacia las Torres, nunca falla una visita a Atmosphere, el restaurante de cocina francesa de Emmanuelle Malibert que tuvo que cerrar en su anterior ubicación, el Instituto Francés, en el barrio del Carmen.

Ya en la Gran Vía, Monkeys Urban Food, un restaurante de comida callejera como tantos que se han reproducido en la ciudad, y que emulan a franquicias de hamburguesas mundialmente conocidas (aquí el menú infantil viene incluso con regalo) cuidando mucho más la calidad del producto. Los dueños tienen otros tres locales abiertos bajo el mismo nombre. Las brasas de Nuria Brasserie abren la puerta a las diferentes opciones de Juan Llorens, una zona donde hay mucha oferta gastronómica y de ocio que merece un capítulo aparte. Más cerca de la Gran Vía, el Nuevo Oslo para almorzar o la marisquería Santa Cruz, de esos lugares que parece que llevan ahí toda la vida para rascarse el bolsillo y comerse unas gambitas de verdad.

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Poco más en la Gran Vía Ramón y Cajal y esa plaza de España que nunca se debió llamar plaza porque no es más que un cruce ancho con tráfico intenso que escupe al peatón hacia zonas más amables. Quizás la única opción es visitar Savina o Bistronomía Laurel, ya en la confluencia de Ramón y Cajal con las vías del tren, un restaurante que se define como cocina mediterránea libanesa y que tiene muy buenas críticas.

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