Gracia M. Morant y blanca sánchez
Valencia
Miércoles, 17 de abril 2019, 20:33
Las vacaciones de Semana Santa han llegado y, aunque no sean excesivamente largas, son suficientes los días de descanso para organizar una escapada de última hora y poner rumbo a alguno de estos destinos cercanos a Valencia. Te ofrecemos cinco propuestas por varios rincones de la Comunitat, algunos poco conocidos, con planes para aprovechar los días libres al máximo. Un recorrido por el patrimonio valenciano que permite disfrutar de la riqueza de los paisajes naturales, monumentos y gastronomía de los diferentes pueblos de la Comunitat.
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El territorio que une la Costera y la vall d'Albaida, entre localidades como Fontanars dels Alforins, Bocairent, Moixent, La font de la figuera y Montesa, esconde paisajes que recuerdan a la pequeña comarca italiana de la Toscana. Viñedos salpicados de olivos y trigales. Un contraste entre los tonos verdes, ocres y rosados que impacta a la vista. Y con una particular historia que despierta la curiosidad de los visitantes.
Hacer una pequeña ruta por estos pueblos permite conocer desde bodegas subterráneas como las del Celler de Roure, muy cerca de Bocairent, hasta adentrarse en el corazón del Barranc de la Fos por las galerías de 'Les Covetes dels moros'. Entre viñedos y olivares también está Moixent y el poblado ibérico de la Bastida de les Alcusses. Un yacimiento que data del siglo IV a.C. y que permite constatar que los íberos que habitaban hace 2.500 años las tierras valencianas ya elaboraban vino. Una tradición visible en Terres dels Alforins y la asociación que suma unas 4.000 hectáreas de viña entre todas las bodegas, algunas de las cuales permiten al viajero visitar sus características bodegas fondas, entre las tinajas de barro en las que van madurando sus vinos del mismo modo que lo hacían ya en el siglo XVII.
De Fontanars a la La font de la figuera entre viñas. Una de las opciones para degustar el vino de la toscana valenciana es la de la bodega Arráez (por 25 euros incluye visita al laberinto de interpretación del vino, cata de tres caldos con maridaje y comida en la bodega). Gastronomía y cultura se unen una vez más en este territorio. El pintor renacentista Juan de Juanes (1523-1579), hijo de este pequeño municipio, dejó su huella en el retablo de la iglesia de la Natividad de la Virgen. De obligada visita.
Montesa es otra localidad bañada por este paisaje. Un lugar estratégico que domina desde las alturas un corredor entre montañas. Este enclave es conocido por su castillo y la única orden monástico militar de Valencia que allí se creó. Actualmente la zona que rodea esta fortaleza permite pasar el día, entre naturaleza e historia. Proponemos una ruta de fin de semana para descubrir algunos de sus secretos. Cuatro localidades entre bodegas, arte e historia.
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Para aquellos que deseen disfrutar de unas vacaciones más activas y en contacto con la naturaleza, la ruta de la Vía Verde del Mar que transcurre entre las localidades de Oropesa del Mar y Benicàssim es una propuesta para hacer ejercicio físico y descubrir enclaves y paisajes únicos.
Un antiguo trazado ferroviario de la línea del tren que bordeaba la costa de ambas poblaciones es el que dibuja, en la actualidad, una de las rutas más destacables de la Comunitat.
Esta joya de la costa mediterránea es el resultado de la Sierra de Oropesa vertiéndose al mar, que ha sido acondicianada para que cualquiera pueda recorrer esta ruta. Quien se anime a realizarla puede hacerlo en pie o en bici. Además, al disponer de asfaltado y partes con gravilla compactada, es apta para personas con movilidad reducida. En concreto, son 5,7 kilómetros de vía verde y 5,3 de carril bici.
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El punto de inicio depende de donde se desee comenzar. Si se accede desde Oropesa del Mar, la ruta comienza por la Calle Tramontana, en la playa de la Concha. Si, en cambio, el punto escogido para empezar la travesía es Benicàssim, el origen está en la calle El Palassiet, junto a la playa del Voramar.
Lo que hace atractiva esta ruta es la posibilidad de recorrer el trazado montañoso mientras se disfruta de la cercanía del mar. Quienes transitan esta vía se topan con calas escondidas, torres, senderos, rocas y con el Mediterráneo siempre como fondo. Destacan, sobre todo, parajes naturales de importancia medioambiental como el de Monte Bovalas, los fondos rocosos de la playa de La Renegà y Les Patgetes de Bellver.
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Además del entorno natural, realizar esta ruta es la oportunidad perfecta para conocer el patrimonio cultural de Oropesa y Benicàssim. De la primera, destacan el poblado íbero de Oropesa la Vella, la iglesia de la Virgen de la Paciencia y las Torres vigías de la Corda y la Colomera.
De la segunda localidad que forma parte de la vía verde, destacan la torre de San Vicente, el monasterio Carmelita del Desierto de las Palmas, la iglesia de Santo Tomás de Villanueva y las bodegas Carmelitano.
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Estos puntos son la mejor excusa para salir de la ruta, conocer el pueblo y retomarla después de dejarse llevar por su casco histórico. Durante el recorrido es posible descansar en áreas habilitadas con bancos y estacionamiento para bicicletas.
Hasta cualquiera de las dos localidades se puede llegar bien en coche (a poco más de una hora desde Valencia), en tren, ya que ambos municipios cuentan con estaciones de Renfe o en autobús.
Otra opción para aventureros es recorrer el Mirador Templario. Una ruta que une historia y naturaleza en uno de los entornos más riscos de la Comunitat. El sendero 'Mirador Templario' con más de 26 kilómetros de longitud conecta Peñíscola con Alcossebre (Alcalà de Xivert) y recorre los castillos de Peñíscola, Santa Magdalena de Pulpis y Alcalà de Xivert. Un sendero que combina la belleza del Parque Natural de la Serra d'Irta con el atractivo patrimonio histórico de las fortalezas históricas que pertenecieron a la Orden del Temple.
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Esta ruta se puede iniciar en Peñíscola o en Alcalà de Xivert. Si se empieza desde Alcalà, La ruta hacia el castillo sube por la cara norte, fresca y húmeda. El castillo de Xivert fue un emplazamiento geoestratégico inigualable para el control territorial y una posesión que el rey Jaume I prometió a los Templarios si conseguían conquistarla. Así fue desde 1233 hasta la disolución de la Orden en 1314. La siguente parada es el castillo de Pulpis. En el camino entre una y otra fortificación se disfruta de inmejorables vistas, primero sobre el valle de l'Estopet, que separa las dos sierras de las que realmente se compone Irta; después, cruzando por el Racó de l'Ametler, se accede a las crestas de sierra con vistas al inmenso Mediterráneo y más allá. El de Pulpis es un castillo con historia paralela al del vecino castillo de Xivert. Se mantuvo como ayuda frente a las incursiones de los piratas berberiscos hasta que éstas dejaron de ser un gran peligro a partir del siglo XVI. En el camino hacia la milenaria ciudad papal se recorren antiguas y estrechas sendas entre un matorral mediterráneo muy biodiverso con inolvidables vistas desde las alturas del casco antiguo, el castillo y la costa virgen de Irta. De ellas se puede disfrutar, por ejemplo, accediendo al mirador del Alto de la Bota. Desde el mirador panorámico observaréis la riqueza patrimonial de Castellón: enfrente, en el Mediterráneo, el archipiélago volcánico de las Islas Columbretes. Al norte, el valle de Alcalá, el Delta del Ebro y el inexpugnable tómbolo de Peñíscola. Hacia el sur, la costa virgen de matorrales y pinares que enlazan con el mar a través de ostas rocosas y playas de grava, conchas y arena. El sendero termina en el Castillo del Papa Luna. En 1294 la Orden del Temple se hace cargo de Peñíscola y su castillo, convirtiéndolo, hasta la desaparición de la orden, en sede de su Encomienda. Su configuración a modo de tómbolo o península (de ahí el nombre de la población), así como la existencia de fuentes naturales en su interior, hicieron de Peñíscola una fortaleza inexpugnable.
La Marina Alta, en Alicante, es uno de los territorios con las vistas más privilegiadas de la Comunitat Valenciana. Mar y montaña en un entorno único. Pueblos como Benitatxell, Xaló, Dénia o Xábia se funden entre el agua marina y las infinitas posibilidades de la naturaleza más verde. Pero entre estos magníficos paisajes se puede disfrutar de otro tipo de turismo. El del vino. Así, los visitantes de la costa blanca pueden combinar la estancia con visitas a diferentes bodegas, viñedos y museos.
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Junto a la ladera del río se encuentran las Bodegas Xaló, una bodega creada en 1962 por agricultores, que se ha convertido en un referente de la producción del vino en la Marina Alta, apostando por la uva autóctona. Un espacio lleno de historia, tradición y cultura que ofrece la posibilidad de conocer desde dentro cómo se elabora esta bebida centenaria con el guía somelier Ximo Gayá. Este recorrido que, además de desvelar todos los secretos de la producción de vino, también es la puerta de entrada para descubrir la historia y anécdotas de su trayectoria, cómo nació la bodega y el sabor de sus vinos maridados con embutidos autóctonos de Xaló.
Precio 10 euros por persona
Reservas con 24 horas de antelación
En el parque del Montgó se extiende una finca conocida como Les Freses de Jesús Pobre, una antigua plantación de fresas reconvertida en viñedo de moscatel. Les Freses 2018 a la vista es amarillo pajizo claro, brillante y con reflejos verdosos y en nariz está lleno de flores frescas, jazmín, azahar, manzanilla, hinojo. En boca es seco, cítrico con limoncillo, tiene pétalos carnosos y fruta acidulce y su regusto es largo de jengibre y pimienta blanca, salino y de toque a pomelo. Pero, la mejor forma de conocer la magia del moscatel es desde dentro. El 'Celler Les Freses' organiza vistas de 6 a 20 personas para conocer la finca y la bodega con una cata de tres vinos y dos tapas.
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Precio 10 euros por persona
La viña ha sido desde tiempos pasados el cultivo tradicional de Teulada-Moraira. Esta pequeña localidad costera, de playas naturales y calas rocosas, ha pasado de ser un antiguo pueblo de pescadores a desarrollarse como un popular destino turístico sin perder su esencia histórica. Y entre las callejuelas blancas de este municipio encontramos la Bodega Teulada. Un espacio con más de medio siglo de experiencia con 103 socios productores de moscatel dulce, vermuth de moscatel, moscatel de aguja, cava de moscatel y vino blanco seco de moscatel. Una forma de recordar las antiguas tradiciones de la vendimia en la localidad es a través de sus viñedos. Esta bodega ofrece la posibilidad de probar sus productos de la mano de un profesional: cata de tres vinos con maridaje, visita a las instalaciones y al museo, junto con un pequeño regalo.
Precio 12 euros por persona (niños gratis)
Horario lunes, miércoles y viernes a las 10:00h y a las 18:00h, y sábados a las 10:00h
Duración: 1 hora y 30 minutos
Idiomas: disponible en tres idiomas
Reservas: Imprescindible apuntarse
La localidad de Riba-Roja mantiene una tradición llena de historia, una actividad que acompaña al municipio desde hace tres siglos. Se trata de la seda, ligada a la identidad de este enclave del Campo del Turia.
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Esta costumbre sedera se puede conocer aprovechando las vacaciones de Semana Santa y descubrir, desde dentro, el mundo de la seda y todo lo que envuelve a este entramado. Para ello, la localidad propone un itinerario para que los visitantes conozcan la fabricación, producción y el trabajo de un maestro sedero a tan solo media hora en coche desde Valencia.
Esta ruta comienza en un punto clave en la historia de la seda de Riba-roja, el camino de las Ánimas, una avenida bordeada durante siglos por moreras que alimentaban la industria sedera, que alcanzó su máximo esplendor en el siglo XVIII. Recorrer este sendero transporta a los visitantes al pasado del camino lleno de esta especie y a la vida de la época.
El siguiente punto del itinerario lleva a los visitantes a la casa del molinero, donde podrán ver una recreación de los espacios dedicados a la cría de gusano de seda y su historia.
Salta a la vista que esta cultura se entiende mejor conociendo los rincones del pueblo. Para ello, los asistentes realizarán un breve recorrido por el casco antiguo del pueblo que termina en el Mercado Municipal, una parada perfecta para saciar el estómago al tiempo que se degusta la gastronomía típica.
La última parada son las instalaciones de Sederias Girones, en la que los asistentes disfrutarán de una demostración en vivo. Podrán ver cómo se elabora de forma tradicional tejidos con los hilos de seda. Además, participarán en un taller artesano a cargo de un maestro que pondrá a prueba a los allí presentes.
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Si te apetece seguir aprovechando el día en Riba-Roja, esta visita se puede completar con la ruta urbana del agua, una excurisón por el caso antiguo de Riba-roja para conocer la relación de la historia del municipio con las aguas del río Turia. Otra opción para cerrar la jornada es con una visita al castillo y sus museos. En ella, se recorren las instalaciones del castillo y los museos que se encuentran emplazados en sus salas.
Precio: 16 euros por persona
Horario: sábado 20 de abril a las 10:00h
Duración: 3 horas y 30 minutos
Reservas: Ponerse en contacto con el móvil 601 05 75 23
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