El entramado empresarial que Eduardo Zaplana, expresidente de la Generalitat, habría creado junto a sus colaboradores para desviar y blanquear dinero habría contado con la participación de varios miembros de su familia, que se habrían beneficiado de diferentes donaciones. La investigación judicial del caso Erial así lo apunta en los informes que se han hecho públicos hoy al haberse decretado la apertura de parte del sumario de la operación Erial.
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Las hijas de Zaplana salen salpicadas de este caso al haberse beneficiado de forma directa. De María Zaplana cabe mencionar una donación dineraria por importe de 340.000 euros que llama la atención a los investigadores. Además, hay otras actuaciones sospechosas para los investigadores con firmas de vehículos de motor. Otra hija del exministro, Rosa María Zaplana, también aparece en los escritos y se vuelven a destacar las donaciones que recibían directamente de sus padres. Entre 2016 y 2017 fueron casi 500.000 euros los que recibió. Todo ello afianza la idea de que el expresidente contaba con un patrimonio oculto de origen ilícito que comenzó a traer de vuelta con los años.
Por su parte, Rosa María Berceló, esposa de Zaplana, habría participado en el trasvase de fondos según los informes policiales, que fueron una constante y tenían como destinatarios tanta personas físicas como jurídicas.
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