Cruce de la calle Pascual y Genís con la calle Correos. DAMIÁN TORRES

Quién se mueve por Pascual y Genís, sinónimo de lujo efervescente en Valencia

En esta céntrica calle, que alberga algunos de los edificios más fabulosos de la ciudad, conviven grandes despachos de abogados y notarios con restaurantes de moda, una mezcla que le ha permitido convertirse en una de las vías con mayor actividad

Miércoles, 6 de diciembre 2023, 19:21

Si hay un calle donde pasan las cosas en Valencia, esa es la calle Pascual y Genís. La que un día fue conocida como Cofradía de los Sastres (en honor al gremio del corte y la aguja, que allí residía), pasó a ser más tarde, ... en el siglo XIX, nombrada como Pascual y Genís, por el abogado, político y poeta valenciano, quien tuvo uno de los bufetes más conocidos de la ciudad. Tras la desaparición y demolición del barrio de pescadores, delimitado en su día por la calle de las Barcas y la calle Lauria, se comenzaron a alzar en la zona edificios de otro calibre, como la Casa Tarín, del arquitecto Vicente Rodríguez Martín, en la que se alojó durante mucho tiempo el Royalty, y que hoy acoge al banco BBVA. El Royalty fue un exclusivo café en el que se reunía la sociedad del momento, y del que el periódico de LAS PROVINCIAS un día escribió: «del esmerado servicio en café y delicados platos á la carta, condimentados por un inteligente cocinero, no hay para qué consignar elogios», hablando de la inauguración del local. También el Colegio de Notarios fue construido entonces en el número 21, y continúa dando prestigio a la vía hasta día de hoy, así como otros edificios de la arquitectura moderna de Valencia, como la Casa Niederleytner, firma del distinguido arquitecto Javier Goerlich, que ocupa el 22 y el 24.

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En estos últimos años, la incesable apertura de locales, la ha posicionado como una de las calles con más efervescencia de la ciudad, reuniendo a tiendas, hoteles y restaurantes de gran prestigio. Llisa Negra, el restaurante del chef Quique Dacosta -que cumple este mes cinco años-, fue uno de los primeros noveles en llegar a la zona, en el número 10. Podría decirse que fue quizás quien puso la primera piedra, aún teniendo ya muchas referencias con tradición y cercanas, como la marisquería Civera, Q Tomas, la Taberna Alkazar o incluso Barra Fina, ineludibles para cualquier amante de la gastronomía en Valencia en la calle colindante, Mossen Femades.

En lo que a lo culinario respecta, más tarde y recientemente, se ha abierto Begin, el hijo pequeño del grupo Voltereta, y Tatel, que se estrenaba en la calle hace a penas unos meses, con el aliciente de ser el restaurante de Rafa Nadal y Cristiano Ronaldo, entre otros socios. Aún no contentos con tales noticias, se espera que en las próximas semanas, se inaugure Honest Greens, el restaurante de comida saludable que ha conquistado la capital española. Un nuevo modelo de restauración que apuesta por el fast food, pero en clave sana.

Arriba, el Palacio de Santa Clara, en la Casa Niederleytner de Goerlich. A la izquierda, la sede del Colegio de Notarios y a la derecha, el restaurante Llisa Negra, que cumple cinco años. DAMIÁN TORRES

Una zona que, con el paso del tiempo, se ha convertido de igual modo, en territorio de negocios, con grandes bancos a su al rededor en la calle de las Barcas. Pascual y Genís, por su parte, aloja a grandes empresas del tejido jurídico valenciano, como el despacho de abogados Broseta (nº 5), o el también conocido Varona, de los hermanos Federico e Ignacio, quienes suman ya bastantes años como vecinos, incluso presidentes de la finca de Pascual y Genís, donde se encuentran además un gran número despachos de notarios, como el de Alfonso Maldonado, y que pertenece a una de las familias más reconocidas entre la burguesía valenciana. De hecho, esta calle está muy codiciada y el valor medio de las viviendas se acerca a los 600.000 euros. Es más, el único que está actualmente a la venta en la plataforma Idealista tiene un precio superior al millón.

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En 2020 se incorporaba a la palestra el Palacio Santa Clara, haciendo esquina en el nº 22, en un edificio que anteriormente había sido la sede de la CAM, la Casa Niederleytner de Goerlich. El grupo hotelero AC Hotels abría este alojamiento que pronto se ha convertido en un punto de encuentro para reuniones y 'afterworks', con una azotea con piscina que es la envidia de todo el barrio, el sitio ideal para tomar la primera y la última nada más salir del trabajo, y un lugar que en los últimos años eligen muchas celebridades cuando visitan la ciudad.

En cuanto a moda, existen todavía caminos para lo inexplorado, teniendo como referente un gigante en la industria como es la marca italiana Max Mara, en el número 18 de la calle, que aguanta todavía la bajada de persiana de las firmas de lujo que se han despedido en los últimos años de la capital del Turia. Cabe nombrar la zapatería Casas (nº 6) que desde hace poco llora -o más bien celebra- el cierre de la clásica de los mocasines, Sebago, lo que pone en evidencia una vez más la fractura del sector de la moda, y sobre todo del lujo, en la ciudad.

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También hay lugar en Pascual y Genís para el arte, que no podía faltar en una calle tan distinguida como esta. La galería de Ana Serratosa reside en el 19 desde el año 2000 y atrae a su espacio arte contemporáneo nacional e internacional.

A los bordes de la calle, tanto por el norte como por el sur, el gigante de Inditex parece querer invadir -con Pull&Bear y Zara-, esta calle con tanta elegancia. Una vía que es todavía un barrio residencial, nutrida por sus vecinos, Martínez Cubells, Pérez Bayer, Sagasta, Lauria y por supuesto, Colón. Con, incluso, cine de barrio, los Lys, y con uno de los edificios más icónicos de Valencia a la vuelta de la esquina, la oficina de Correos. El auge de Pascual y Genís, está sin duda, todavía por llegar. Una calle que desde su origen, contaba ya con mucho potencial y que seguirá creciendo los próximos años.

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