j. j. monzó

Paco Plaza: «Si algún día consigo rodar en Valencia aparecerán las fallas»

Vivir fuera le ha permitido reenamorarse de su ciudad y guardar para alguna película aquella imagen que veía de niño subido al 'terrao' de su casa la noche de la 'cremà'. Tiene claro, sin embargo, que no elegiría como contexto la pandemia, que «nos ha demostrado que el apocalipsis puede ser muy aburrido, haciendo magdalenas y viendo vídeos de Youtube»

Jueves, 16 de septiembre 2021, 01:52

Hay en los cineastas una necesidad de estar continuamente analizando lo que pasa a su alrededor, para absorber situaciones, contextos y emociones que permitan luego contar una historia. Paco Plaza también, quizás más todavía, ahora que está cerca de los cincuenta. «Mi lucha es sentirme ... parte de esta generación, la de 2021, y no alguien que comenzó a hacer películas en el siglo XX y ahí sigue». Y parece que, de momento, está ganando la batalla, porque su última película, 'Abuela', se ha colado en la sección oficial del Festival de Cine de San Sebastián. «Me siento un intruso», dice, con un humor que va revoloteando en su conversación, más fino que el que dice admirar del valenciano. Aunque ya no viva en su tierra -«en Madrid es donde se mueve la industria»-, sueña con rodar aquí.

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-¿Qué le movió el día que se matriculó una carrera que se llamaba Ciencias de la Imagen Visual y Auditiva?

-Más que tenerlo claro, que no lo tenía, me movía una ilusión. Yo era un apasionado del cine desde el instituto y había empezado a hacer mis cortos pero en realidad no me parecía una aspiración muy realista en aquel momento. Ni siquiera ahora (ríe).

 

-No deja de ser una vocación con una dosis muy utópica, ser cineasta.

-Amo el cine en todas sus facetas. Es más, cada vez siento mucho más terror por la realidad y más apego por el refugio de la sala oscura; alguien que te dice que lo que estás viendo es una fantasía. El terreno del cine me parece más honesto; en la ficción puedes reflexionar sobre cosas que te preocupan, y si lo piensa bien se ha utilizado desde los antiguos griegos, la Biblia hasta los cuentos de Perrault. Es una herramienta muy sana para construir tu visión del mundo.

 

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-Y más en estos tiempos que vivimos, ¿no le parecen poco creíbles?

-Es que la realidad es muy poco creíble. Desde que haya Fallas en septiembre, por ejemplo (ríe). Con el telediario nunca se nos agota la capacidad de asombro, cómo asumimos como parte de la normalidad algunas cosas que parecen tan irreales... Para mí, Angela Channing es más real que algunos personajes que salen en programas de televisión.

-¿Cómo sería la película que haría con el escenario de la pandemia?

-No. La pandemia, como dijo mi amigo Jaume Balagueró, nos demostró que el apocalipsis puede ser muy aburrido. Al final, con toda la tensión de extinguirnos como especie lo que hacemos son magdalenas y vídeos de ejercicios en Youtube. Me parece horroroso. Es cierto que ha sido muy dramática, que ha provocado un impacto en nuestra sociedad que va a ser imborrable, también en nuestra manera de percibir la vida. Creo que nos ha trastocado la vida, pero como elemento narrativo no creo que sea algo que tuviera éxito. Al menos yo no me vería capaz de hacerlo.

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-¿Sigue teniendo las mismas ilusiones que cuando salió de la universidad?

-Si fuera la misma persona que hace veinte años creo que sería desolador. Parte de vivir es evolucionar y cambiar de perspectiva, de ilusiones y la manera de entender la vida. Creo que no es un objetivo loable, ser la misma persona que fuiste a los once años, aunque algunos lo parezcan.

-Si volvemos atrás, para el público fue 'Rec' la película que nos hizo reconocerle por primera vez. ¿Hubo para usted un antes y un después?

-Totalmente. Profesionalmente generó un interés con algo que habíamos hecho Jaume y yo y provocó además una expectativa sobre qué haríamos después. Fue una especie de salto, la primera vez que sentía que había hecho algo que conectaba con mucha gente.

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«Lo más bonito es que me digan cuántas malas noches han pasado por mi culpa»

 

-¿Cuánta gente le ha confesado que pasó noches sin dormir con 'Rec'? Yo, por ejemplo.

-Es que eso es lo más bonito que le pueden decir a un director de cine de terror: «cuántas malas noches he pasado por tu culpa» (ríe). Como decía la madre de una amiga mía: «la gente es tonta, no sé por qué paga para pasarlo mal». Evidentemente, supuso un antes y un después y un estímulo porque por primera vez interesábamos, y eso te coloca en una situación de privilegio, pero también de responsabilidad.

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-¿Le ha pesado mucho esa responsabilidad?

-No es un peso intentar retarte a ti mismo. Porque lo que ya has demostrado que sabes hacer no vale la pena como meta. Es importante intentar explorar cosas diferentes, porque corres el riesgo de quedarte anquilosado. Hay algo que te empobrece cuando te repites, que te aburres tú y aburres a los demás.

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-¿Cómo se hace, lo de no quedarse atrás?

-No quiero mitificar lo que yo hago, creo que todo el mundo intenta mejorar observando a su alrededor, sintiendo curiosidad. Al fin y al cabo, estás viviendo de lo que más te gusta, y nos pasamos 24 horas al día pensando ideas y cómo transformarlas en una película. Estas profesiones nuestras son muy difíciles de disociar de la vida personal. Yo me siento un auténtico privilegiado de poder dedicarme a lo que me gusta.

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-En Internet se dice de usted que fue actor en Cuéntame cómo pasó, ¿es cierto?

-Hay un actor que se llama como yo, y no, no fui yo, pero no me gusta desmentirlo, si lo hubiera dejado caer sin más no lo hubiera negado porque me hace gracia.

-¿Nunca se ha puesto delante de la cámara?

-Sí que he hecho alguna cosita pero no se me da bien. 'Spanish Movie', donde hacía de mí mismo, en alguna TV movie de algún amigo... Ah, y en 'El secreto de Puente Viejo' salí en un capítulo porque el productor es muy amigo mío y me dijo que me parecía a Fernando Rey, que podía ser perfectamente un señor antiguo. Me lo tomo como un divertimento, porque no es lo mío, soy un auténtico desastre delante de la cámara. Ojalá no me toque nunca un actor tan malo como yo.

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«Angela Channing es más real que algunos personajes de la televisión»

 

-¿Cree que su mejor película está por llegar?

-Espero que sí, porque si no ya te retiras, y lo de ir a San Sebastián, es la primera vez que voy a un festival de clase A y con una película de terror. Cuando me llamaron me parecía una broma, tenía la sensación de haberme colado en una fiesta que no me corresponde. Me parece un privilegio y un honor.

-Es valenciano, ¿también de corazón?

-Siento la valenciana como mi cultura, esa cosa tan mediterránea, tan explosiva y tan festiva que tenemos, y que nuestro Berlanga retrató muy bien. Yo me identifico con esa cultura del disparate y creo que los valencianos tenemos un sentido del humor muy peculiar, muy asociado a lo brutal. Hay quien lo tildaría de chabacano, pero yo creo que es popular, divertido y sin complejos.

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-Ha dicho en alguna ocasión que le gustaría rodar en Valencia. Su madre es gallega y de Galicia sacó las bateas. ¿Qué sacaría de Valencia?

-(Responde sin dudar) Las fallas. Hay algo tan bonito en su plasticidad y algo tan espiritual en quemar lo malo... Con las fallas está permitido reirte de ti mismo, de cualquier cosa en realidad, y luego pegarle fuego. Yo creo que eso nos convierte en una sociedad muy avanzada. Además, estéticamente me parecen una preciosidad. Me acuerdo que de pequeño me subía al 'terrao' y veía toda la ciudad llena de fuego. Es una imagen irreal, un resquicio de fantasía, con un sentido filosófico muy profundo. Me encantaría rodar una peli en Fallas.

 

-¿Vivir fuera le ha dado otra visión de Valencia?

-Totalmente. Y cuando voy de visita con alguien me doy cuenta de lo bonita que es, y de que nunca había tenido en la cabeza que Valencia era tan guay. A veces hay que coger distancia para poder apreciar las cosas que tenemos, y solo cuando te vas fuera y vuelves te reenamoras.

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Paco Plaza acaba la entrevista abriendo un melón. «Daría para otra charla, mucho más extensa: ¿por qué se rueda mucho más en Galicia que en Valencia, a pesar de que hay muchos más días de sol, que hay montaña, playa y ciudad?». Aunque haya un gran talento y unos grandes profesionales que tienen que irse fuera. Como él.

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