Cómo saber si la obsesión por la limpieza se convierte en un trastorno

Un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) puede estar detrás de esa obstinación por la limpieza y el orden. La llegada del Covid-19, las primeras informaciones que apuntaban a la necesidad de higienizar los productos que entraban en casa, así como la ropa o los zapatos, se convirtió en una manía que después de casi dos años de pandemia afecta a mucha gente. Los psicólogos advierten que los casos de TOC se han multiplicado, sobre todo los que tienen que ver con la higiene. Además, el problema no sólo afecta a la persona preocupada por la limpieza, sino a los que están alrededor. ¿Por qué pasa esto? La respuesta es sencilla: el uso indiscriminado de productos para limpiar puede acabar con determinados microorganismos que nos ayudan a fortalecer el sistema inmunológico.

Para afrontar este problema, la familia puede servir de ayuda y evitar que la limpieza no ocupe la mayor parte del tiempo de la persona enferma. Tiene que estar atenta a ciertos hábitos que son sintomáticos de TOC, como destinar más de tres horas a limpiar la casa, preocupación exagerada por la aparición de gérmenes o la presencia de heridas en las manos ocasionadas por el uso de productos desinfectantes altamente destructivos. Pero la lista no acaba aquí, y en casos especialmente graves las personas afectadas por esta obsesión dejan de asistir a actos sociales para no perder tiempo de limpieza y tampoco permiten cumpleaños o cenas en su casa para que no se ensucie, incluso a la propia familia.

¿Dónde está esa delgada línea que separa la manía de un trastorno? Pues básicamente es que los hábitos de limpieza dejan de ser saludables para convertirse en una obsesión que se coloca en lo alto de la lista de preferencias. Si este es el problema, ya hay que tomar cartas y ponerse en manos de un psicólogo o psiquiatra.

Realizar psicoterapia o tomar medicamentos antidepresivos ayudarán a la persona enferma a lidiar con su obsesión, pero no será algo inmediato. Harán falta varios meses para que el trastorno vuelva a convertirse en un hábito saludable y limpiar y ordenar la casa sea sólo un mero trámite como planchar la ropa o hacer la comida.