Todo sobre el gato bengalí, uno de los más caros del mundo: mitad salvaje, mitad doméstico

Los amantes de los gatos pueden distinguir fácilmente las diferentes razas de felinos domésticos. De pelo corto o sin pelo, como los gatos esfinge, o braquicéfalos, con una curiosa morfología, como los gatos persas e himalayos: hay cientos de tipos de gatos diferentes.

Muchas de estas razas son relativamente nuevas, y han aparecido gracias al cruce de diferentes animales. Este es el caso del gato bengalí, que llama la atención gracias sus características manchas, que debe a sus orígenes exóticos.

Los gatos bengala o bengalíes, al contrario de lo que puede sugerir su nombre, no son originarios de Asia. Esta raza proviene de Estados Unidos, y surge del cruce entre un gato doméstico común y una hembra de gato leopardo.

Actualmente, estos felinos ya han pasado varias generaciones entre humanos, por lo que pueden ser domésticos y convivir con su familia en casa. Además, su carácter es propicio para ello, ya que son animales muy sociables y juguetones.

No obstante, quienes quiedan adquirir un ejemplar como mascota encontrarán un inconveniente: su precio. Esta raza es una de las más caras del mundo, ya que su origen salvaje y su especial pelaje, con manchas similares a las de un leopardo, lo convierten en uno de los felinos más codiciados.

Los gatos bengalíes se comercializan en España y otros países por cantidades que oscilan entre los 900 y los 5.000 euros, dependiendo de diferentes factores. Los animales con pedigrí, que se venden para programas de cría, son los más caros, y los expertos se fijan especialmente en las manchas del pelaje, ya que son únicas para cada ejemplar y no hay dos gatos bengalíes iguales.

Por otra parte, las familias que quieran un gato bengalí como mascota pueden encontrarlos en los criaderos por precios de hasta 2.500 euros, dependiendo de la morfología o el color y la calidad del pelo de cada ejemplar.

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