«Antes había más negocios abiertos»

Patricia Polo es la dueña del ultramarinos Comercial Polo, un negocio abierto hace 35 años por sus padres. Cuando abrieron, era la única tienda de alimentación por la zona, y muchos bares compraban de ellos. Ahora, con la apertura de supermercados en el barrio, resisten como pueden. «Este año íbamos a cerrar y los vecinos nos decían: 'No, por favor, qué vamos a hacer', '¡tantos años viniendo aquí!'», recuerda. Muchos de estos clientes son personas mayores pues en Mestalla «hay muchísima gente mayor».

Debido a que tienen tantos clientes ancianos, la mayoría no fue a la tienda durante el confinamiento, por lo que hizo repartos a domicilio. «[La gente] te daba el dinero por debajo de la puerta, no quería tocar el dinero», cuenta, rememorando la inquietud del mes de marzo. Aun así, tuvo más clientes durante este periodo que tras el confinamiento, pues había personas que no querían entrar en supermercados debido a las aglomeraciones de gente.

Incluso con la situación más calmada, los estudiantes que alquilaban pisos por la zona no han vuelto. «Pisos de estudiantes hay muy pocos y, después de la pandemia, hay muchos menos», declara. También se ha reducido el número de comercios en la calle. «Antes había más negocios abiertos, cada vez somos menos», lamenta. El suyo es el único negocio tradicional que queda en la calle, una ventana al pasado del barrio de Mestalla.

Quienes pasan el día entre las calles del barrio, como Patricia Polo, explican los matices de una nueva realidad marcada por la pandemia. Lee en LAS PROVINCIAS qué sucede en el barrio de Mestalla a través de sus testimonios

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