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paula moreno
Lunes, 23 de agosto 2021
Asunta Comín es la dueña de la Farmacia Comín Giner desde hace 42 años. Sanitaria de vocación, afirma que lo más importante es nunca dejar de aprender: «Hay que hacer cursos de renovación». También considera muy relevante el trato cercano con las personas, el cuidado y el seguimiento, algunos de los pilares de su profesión.
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Este negocio, a su vez, también fue un pilar de apoyo para las personas de la zona durante el confinamiento. Relata cómo racionaron los guantes que conseguían, para que estos llegaran a todos los vecinos.«Nos volvimos locos para buscar material de protección, para que todos tuvieran el mínimo», cuenta. Explica que a su farmacia acudían personas de otras partes de Valencia, quienes sabían que este comercio tenía lo que muchos otros no. No obstante, ella alega que solo hizo su trabajo. «Salían a aplaudirnos sin tener tanto mérito», afirma.
Nota que el barrio ha evolucionado, y señala que el cambio se dio gracias a un suceso concreto: el mundial de fútbol de 1982. De ahí surgieron las torres y los edificios nuevos. «Ahora la zona tiene mejor nivel», declara. Mientras todos estos cambios se dan en la zona, la farmacia de Asunta sigue recibiendo a vecinos y cuidándolos.
Quienes pasan el día entre las calles del barrio, como Asunta Comín, explican los matices de una nueva realidad marcada por la pandemia. Lee en LAS PROVINCIAS qué sucede en el barrio de Mestalla a través de sus testimonios
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