Borrar
Rebecca Azulay, en el Parc Científic de la Universitat de València. IRENE MARSILLA
Rebecca Azulay: nadie ha visto más lejos

Rebecca Azulay: nadie ha visto más lejos

Es la valenciana que ha mirado a los confines del universo y que ha vuelto para contar qué hay en la negrura infinita. Representa a una generación de mujeres, cada vez más amplia, interesadas por la investigación

Álex Serrano

Valencia

Viernes, 7 de octubre 2022

Como a todos, a Rebecca Azulay le encantaba mirar a las estrellas cuando era pequeña. Pasaba horas pegada al telescopio, escudriñando las profundidades del espacio. Pero a diferencia de los demás, ella siguió interesada por esa foto fija del pasado que atraviesa el firmamento cuando la mayoría decidimos que los planetas molan pero no tanto como para dedicarnos a ellos. Por eso, décadas después ella es la valenciana que más lejos ha mirado, al corazón de dos agujeros negros, uno de ellos en el centro de nuestra galaxia. Si para mirar al futuro hay que saber de dónde venimos, nadie lo sabe tan bien como esta astrofísica de 34 años que compagina sus clases de matemáticas y sus charlas en los institutos con tener la cabeza, literalmente, en las estrellas.

«Cuando conseguimos la imagen, ni siquiera era muy consciente de que lo habíamos logrado», cuenta. Algo parecido le pasó a Cristóbal Colón, que llegó a América y no tenía muy claro dónde había fondeado. Pero con el tiempo ella tuvo claro lo que había hecho: mirar más lejos que nadie, fotografiar lo nunca antes captado. Ser, en definitiva, una pionera. Y volver para contarlo y dar charlas en colegios, donde intenta transmitir la pasión que siente por la ciencia a los más pequeños y, sobre todo, a las más pequeñas. «Siempre he tenido claro que quería dedicarme a las matemáticas, y lo de la astrofísica fue después, cuando buscaba una aplicación práctica a lo que había estudiado», explica.

Claro que a ella esa afición por el espacio le venía de pequeña. Fue, casi, una evolución natural. Llegó a la universidad, donde en clase eran un 50% de mujeres («porque las matemáticas se asocian a dar clase», admite), y luego al máster, donde, ahí sí, eran sobre todo hombres. «Ahora cada vez hay menos mujeres en matemáticas. Y eso apena. He dado clase en Ingenierías y el porcentaje femenino es bajísimo», lamenta. «Desde un principio se hace creer que las ciencias son muy difíciles, cosa más de hombres. Es una cuestión de educación. Pero para nada es así. Poco a poco intentamos visibilizar y hacerles ver que somos igual de capaces que los hombres de estudiar carreras de ciencias», asegura Azulay, que fue también, este año, merecedora del premio Emergentes que ha entregado LAS PROVINCIAS.

La astrofísica combina, por tanto, su faceta de profesora y de educadora de los más jóvenes con la investigación. Acaba de terminar una tesis sobre la observación de estrellas, con el mismo procedimiento que se usó para conseguir la foto del agujero negro, y observa, maravillada como todos, las imágenes de las galaxias que obtiene el telescopio James Webb.

LUZ SOBRE UN AGUJERO NEGRO

  • Valencia. Ciudad donde nació en 1988.

  • Estudios. Licenciada en Matemáticas, con máster y doctorado en Astrofísica, todo por la Universitat de València.

  • Horizonte de Sucesos. Nombre del telescopio y del proyecto que le permitió, en 2019, formar parte del equipo que fotografió por primera vez dos agujeros negros, uno de ellos en el centro de la Vía Láctea.

Pero como joven y como investigadora, es consciente de que quienes tienen ahora que elegir camino vital al final de la adolescencia se sienten como ella aquel día de 2019: mirando a un agujero negro. «Que no se desanimen. Que estudien lo que quieran, que estarán a tiempo de cambiar o de ampliar sus estudios, como hice yo. Entiendo las preocupaciones y te crees que la decisión es para siempre. Es importante trabajar en lo que te guste porque si no no disfrutas, pero que se den tiempo: que prueben distintas cosas. La madurez les permitirá ir encontrando el camino», comenta Azulay, que apunta que en la ciencia valenciana hay futuro. «Hay muchos investigadores que están trabajando en proyectos muy interesantes», asegura la astrofísica.

Mano tendida, por tanto, para que quien esté interesado en la astronomía se asome al pasado en forma de estrellas que es el cielo nocturno. La Universitat de València dispone de observatorio y telescopios, como el de Aras de los Olmos, que se pueden visitar para hacer sesiones de astronomía para aficionados. Los agujeros negros no se ven a simple vista, pero las estrellas y los planetas sí. La astrofísica que miró más lejos que nadie da fe de que es un mundo, o varios, de hecho, de donde es difícil desengancharse. Pero hay peores aficiones que buscar constelaciones en el firmamento nocturno.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Rebecca Azulay: nadie ha visto más lejos