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Yago Giménez y Paz Juárez, el día de su boda. alejandra ortiz

El año que fuimos de boda

El sector nupcial no ha dado abasto en un 2021 donde ha habido incluso compraventa de fechas entre novios con salones que colgaron el cartel de completo

Domingo, 2 de enero 2022, 00:32

Decía un diseñador estos días que 2021 había sido como una explosión. Como si de repente el mundo estuviera a punto de acabarse y todos quisiéramos despedirlo con nuestro mejor traje y los tacones puestos. Sí, quizás influye que estar metidos en casa sin poder salir durante tanto tiempo convirtió una boda en una excusa como cualquier otra para celebrar la vida.

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Cuentan que la gente joven se vuelve a casar, pero también que los invitados han vuelto a alegrarse con un tarjetón como no lo habían hecho antes de la pandemia. Así, diseñadores, salones, masías, wedding planners, floristas, empresas de cátering, maquilladores, peluqueros, fotógrafos y el resto de profesionales que se alimentan de las celebraciones han podido resarcirse de un 2020 en blanco.

«Tanto ha sido el boom de las celebraciones que ha habido incluso compra-venta de fechas», explica una wedding planner. Es decir, que quien se quedó sin poder casarse en 2020 y vio que no había hueco en 2021 le compró la reserva en un salón de bodas a otra pareja para no tener que esperar más.

Este año, además, ha habido cambios en la forma de celebrar, se ha reducido el número de invitados y se ha optado por las bodas a mediodía, después de tanto tiempo de toques de queda en los que había que estar en casa como la Cenicienta. Las discotecas estaban cerradas y los tardeos al aire libre se convirtieron en la mejor alternativa. A cambio, se ha invertido más en música, en catering, en flores, en planificación; las bodas han estado más cuidadas, todo para que ese día largo tiempo esperado saliera a la perfección, para disfrutar ese día sin preocuparse de nada más.

La lista de novios que se ha casado este año ha sido larguísima: el doctor Cavadas y Naima, Vicente Lassala y Teresa Carrau, Tono Carbonell y Georgina García, Borja Trénor y Franziska Jautz,Macarena Remohí y Juan Martínez Zafra, Carmen García Puertas y Alfonso Pascual, Juan Beneyto y Laura Biason, Diego Fernández y Martos y Ana Pascual, Carolina Senent y Sergio Enrique Sánchez, Inés Gabaldón, Sandra Sánchez Requena y Alberto Carballo, Raquel Climent y Víctor Pesudo, Francisco Belda y María Vilaplana, Marta Calabuig, Rocío Pérez, Patricia Olivo, Lucía Romero… incluso se han celebrado fiestas de aniversario de bodas que tuvieron que limitar invitados en su día, como la de Andrea Serra y César Royo, o de Leo López Camps.

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El vestido de novia que se volvió viral

Helena Mareque fue la diseñadora elegida por Carmen García Puertas para su vestido de novia y su sombrero de rafia con velo, además de un diseño innovador y muy atrevido, se replicó en revistas de moda y en redes sociales.

La oferta de lugares donde celebrar se ha ampliado en los últimos años. A los clásicos de la Cartuja, Masía del Carmen, Aldamar, San Antonio de Poyo, Huerto de San Vicente o Mas de Alcedo se han sumado otros como el Telar de Miquel Martí. Una de las opciones este año más solicitadas ha sido Casa Santonja, pero también la Finca Mezquida en Xàbia, la Torre by Bonho en Sierra Calderona o la Masía el Pinar en Bétera, entre otras muchas.

En ocasiones ha habido que improvisar. Como cuando a Yago Giménez y Paz Juárez les contraprogramaron con unas Fallas el primer fin de semana de septiembre. Los notarios, que viven en Barcelona, habían decidido casarse en la tierra natal de ella, y lo querían hacer en San Juan de la Cruz, en pleno centro de una ciudad que en Fallas se paraliza. Así que hicieron de la dificultad una oportunidad, la novia fue andando desde el Hotel Inglés hasta la iglesia y la boda se convirtió en una atracción más para quienes pasaban por allí. Septiembre se convirtió en el nuevo mayo.

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En 2022 se prevé que el boom de celebraciones continúe. Alejandro Resta explica que había novios que preferían esperar, quizás pensando en que la pandemia diera un respiro y las restricciones fueran más laxas. «Tengo el corcho lleno de encargos, trabajo todos los días de la semana», asegura. Una de las bodas más esperadas es la de Marta Lozano y Lorenzo Remohí, que ya tuvieron un adelanto en la boda de la hermana de éste último.

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