![Patricia Montero, la actriz que ha recurrido al yoga como salida profesional](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202112/12/media/cortadas/GF1KPI51-RFPQzURRZ9mzNzTdy9gU0yJ-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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La valenciana Patricia Montero prácticamente nació en los escenarios, delante de una cámara. Desde pequeña se puso las mallas y el tutú, entre la gimnasia artística, la danza clásica y el fitness infantil, disciplina con la que llegó a ser campeona de España y subcampeona de Europa. También se atrevió con la danza acrobática, y todavía era pequeña cuando ganó premios en esta disciplina y salió en el programa 'Veo Veo' de Teresa Rabal. Empezó siendo imagen de anuncios publicitarios, de niña Nancy, de modelo infantil en pasarelas y se enamoró de las cámaras. La comparaban con Marisol por su cara de muñeca y su pelo y sus ojos claros. También por su desparpajo, así que parecía la base perfecta para que, con los años, el mundo de la interpretación la acabara conquistando.
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Tenía doce años cuando se estrenó como actriz en el telefilme de Severo Ochoa ‘La conquista de un Nobel’, donde compartió cartel con Ana Duato o Imanol Arias. Tenía veinte años cuando se convirtió en la protagonista de la existosa serie ‘Yo soy Bea’, que la lanzó definitivamente a la fama y donde conoció al que posteriormente se convertiría en su marido y padre de sus dos hijas, el actor mallorquín Álex Adrover. Fue una policía recién salida de la academia en ‘Los hombres de Paco’, protagonista de una producción llamada ‘El don de Alba’, versión española de ‘Entre fantasmas’ y sucesora de Amaia Salamanca en la segunda parte de ‘Fuga de cerebros’. Su carrera como actriz parecía ir consolidándose.
A partir de 2016 acepta trabajos en la televisión, como colaboradora o presentadora. Primero llegó al Hormiguero, donde estuvo tres años, posteriormente presentó Ninja Warrior. En 2020, junto al cocinero Mario Sandoval, se atrevió con un programa de Divinity llamado ‘Cómo como’, sobre ‘mindful eating’, o alimentación consciente. Pero si se hizo todavía más conocida para el gran público fue como concursante de la segunda edición de Masterchef Celebrity, donde se hicieron famosas sus protestas ante los jueces y donde llegó a la final.
Hace unos días convirtió la terraza del Veles e Vents en un escenario de yoga. Decenas de personas practicaron una sesión dirigida por Patricia Montero cuyos beneficios iban destinados a la Comisión Española de Ayuda al Refugiado.
No ha habido más participaciones en cine o en televisión como actriz, tampoco como presentadora, y se ha centrado en convertir el yoga en su profesión. Fue en pleno confinamiento, como ella misma ha contado en redes sociales, cuando empezó a alumbrar un proyecto que vio la luz el pasado mes de mayo, una comunidad de practicantes de yoga llamada Yogimi, que lleva asociada una tienda de productos relacionados con esta disciplina, como esterillas. Después de la danza, la gimnasia y el fitness, Patricia parece haber encontrado en el yoga una práctica que no solo la llena, sino que además se ha convertido en una salida profesional. La realidad es que los papeles interpretativos escasean y más del 90% de los actores están en paro o han tenido que buscar otras opciones laborales.
Clases gratuitas de yoga en una comunidad, la de Instagram, que tiene casi 700.000 seguidores, y donde comparte momentos en familia, con sus dos hijas, Lis y Layla, y con su prometido, Álex Adrover. «Lo más bonito de nuestra relación que este año cumple trece años es, la sinceridad, la confianza y el respeto. Así que una vez más, compañero de vida, sólo puedo darte las gracias, por no soltar mi mano nunca y darme más fuerza para cumplir deseos y sueños, pero más aún, por alertarme cuando más lo necesito», decía por su aniversario.
En 2017 se comprometieron en una romántica pedida de mano bajo el agua, pero la boda se ha retrasado ya dos veces, la primera por el nacimiento de su segunda hija, Layla, y la segunda por la llegada de la pandemia. «Nos casaremos cuando no tengamos que guardar distanciamientos ni llevar mascarillas», ha dicho en redes sociales, aunque en el último acto público en el que se dejaron ver juntos, el pasado mes de octubre, fecharon su boda el año que viene.
La pandemia la ha apartado también de su padre, al que siempre ha estado muy unida, y que vive en Valencia, donde dirige una escuela de danza y acrobacia. Su madre murió tras cinco años enferma de cáncer, una fatalidad que coincidió con los años de mayor éxito profesional ante las cámaras. «Fue el peor momento de mi vida y me hizo madurar a marchas forzadas», ha dicho posteriormente. Le hizo ver la parte más amarga de la vida, y reconoce echarla de menos, sobre todo desde que es madre, «ahora que veo que hago tantas cosas como ella las hacía».
Por el camino se ha convertido, también en escritora, y ya tiene dos libros publicados, ‘Pon en forma tu yo interior’ y ‘Alegres y felices. Cuentos para aprender a quererse’, escrito este último junto a su pareja, que tampoco ha podido encontrar un presente ante las cámaras.
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