El ingrediente infalible para adelgazar que hay que añadir sí o sí a la ensalada

Las dietas para adelgazar te ayudarán a bajar de peso, pero siempre deben ir acompañadas de deporte habitual para notar de forma efectiva los resultados de una buena alimentación. Además de mover el cuerpo, es imprescindible prestar atención al valor nutricional de los ingredientes que incorpores en tus platos y no solo a sus calorías. Optar por productos naturales y cocinarlos hervidos o asados es la mejor opción para elaborar recetas saludables y light para perder kilos.

También hay que tener claro no hay productos milagrosos para bajar de peso rápido. Hay que desconfiar siempre ante el bombardeo actual de dietas exprés que prometen adelgazar cinco kilos en un mes o resultados relámpago, ya que pueden dañar seriamente la salud e incluso producir efecto rebote. La clave para perder kilos de forma efectiva está en optar por platos nutritivos y saludables, a base de ingredientes que te gusten para que puedas mantener la alimentación a largo plazo. Siempre junto a otros hábitos de vida saludables como un buen descanso o evitar las bebidas alcohólicas en exceso, el tabaco y el sedentarismo.

Entre las recetas más populares para bajar de peso están las ensaladas, el plato que se nos viene a la cabeza en cuanto escuchamos la palabra 'dieta'. Pero no vale con una ensalada cualquiera, hay que prestar especial atención a cómo se prepara y qué ingredientes se le añaden para evitar añadir calorías de más y que al final acabe engordando más que otra receta. Por eso, conviene tener ojo con salsas y extras como mayonesa, pollo frito, queso curado o cebolla frita.

Pero uno de los errores más comunes a la hora de preparar una ensalada está precisamente en el ingrediente que suele faltar en ellas y que es muy recomendable para adelgazar: las espinacas. Lo ideal es optar siempre por preparar tú mismo la ensalada e incorporar siempre este alimento gracias a su gran contenido en hierro, vitaminas y antioxidantes, que además de proteger contra la anemia, evitan el desarrollo de enfermedades crónicas, promueven la salud cerebral y cardiovascular, y luchan contra el deterioro ocular.

Pero su punto fuerte está en que sacian sin aportar apenas calorías: 100 gramos de espinacas crudas proporcionan tan solo 23 kcal y menos de 1 gramos de grasa (0.4 g). Además, a diferencia de las hojas de lechuga, evitan la retención de líquidos y hacen que notes menos hinchazón y pesadez y contribuyen a reducir el volumen corporal.

Por si fuera poco, las espinacas se encargan de reducir la inflamación del abdomen y acelerar el metabolismo, por lo que fomentan el consumo de las calorías en lugar de su almacenamiento, evitando la formación de depósitos de grasa. También ayudan a digerir y metabolizar mejor los nutrientes que ingerimos y producen sensación de saciedad, por lo que previenen que acabes picando entre horas o te quedes con hambre tras la ensalada.

Y por último, recuerda que tomar una ensalada no tiene por qué suponer quedarse con hambre y si es así, no lo estás haciendo bien. Las ensaladas deben de tener un aporte nutricional completo y equilibrado, con grasas (como el aguacate o nueces), proteínas (como el huevo o pollo) e hidratos de carbono (espinacas, tomate, zanahorias...).