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Cuando parecía que las aguas bajaban más calmadas en la plaza del Correo Viejo, sede de la EMT, ayer se conoció un nuevo fraude que amenaza, otra vez, con hacer temblar los cimientos de la empresa. No es tan importante económicamente (3.000 euros, en contraste con los más de cuatro millones que terminaron en el Bank of China), pero evidencia que algo falla de manera importante en el seno de la entidad. Los hechos, además, ocurrieron el mismo mes que el fraude chino: en septiembre.
Fue entonces cuando, según informaron ayer fuentes de la EMT a través de Europa Press, el responsable del departamento «se saltó, de manera puntual, los mecanismos de control de cambio de cuenta bancaria», que consisten en que cualquier modificación se tiene que realizar a través de la intranet de la empresa. Por cierto, como las transferencias, que tenían que hacerse a través de la banca electrónica y se hicieron con correos electrónicos.
Esta persona admitió su error y repuso la cantidad defraudada, que ascendía a unos 3.000 euros. Al tratarse de un «error humano», según puntualizan, se adoptaron medidas «a nivel interno» y la empresa «reforzó» el control a la hora de realizar un cambio de cuenta bancaria para los empleados. Fuentes de la empresa aseguran que desde el mes de septiembre la EMT ha sufrido diversos intentos de fraude que se han detectado y bloqueado gracias a los sistemas de seguridad de que disponen.
Cabe recordar que a la exdirectora de Administración, Celia Zafra, se le despidió de manera fulminante tras descubrirse el fraude por pérdida de confianza tras facilitar datos personales a los estafadores, aunque tanto Compromís como PSPV han hablado en varias ocasiones de que Zafra se saltó los protocolos y que sin ese error de la ya exdirectiva el fraude jamás habría podido tener lugar. Llama la atención, por tanto, que en esta segunda estafa no estuviera implicada la trabajadora despedida.
Este segunda estafa, ocurrida el mismo mes que la que provino de China y que se conoce casi medio año después, también está judicializada. En 2019, la EMT lo llevó a los tribunales. El asunto recayó en el Juzgado de Instrucción número 1, que lo remitió a su vez al 18, que es el que investiga el fraude de cuatro millones de euros al considerar que había «identidad de hecho». Sin embargo, este órgano apunta a que son «hechos distintos» y ya ha pedido al fiscal que informe sobre la aceptación de la inhibición.
Así consta en un escrito del Juzgado de Instrucción número 18 en el que se pide al fiscal que informe sobre si acepta la inhibición ya que señala que se trata de «hechos distintos» porque el supuesto que le remiten «es un fraude a la EMT en el que una persona, haciéndose pasar por un director de área, designa una nueva cuenta para que le ingresen la nómina, procediéndose al ingreso en ese cuenta de la correspondiente al mes de septiembre». Fuentes de la EMT, consultadas por Europa Press, explicaron que la empresa interpuso la denuncia tras detectar una suplantación de la identidad de un trabajador para solicitar un cambio del número de cuenta bancaria en la que recibía la nómina.
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