Oportunidades para un tiempo de cambio global
OPINIÓN | SOMOS FUTURO ·
En Valencia, todos estos factores de riesgo se acumulaban antes del último desastre humano y político: la guerra de UcraniaJAVIER BLANCO | DIRECTOR GENERAL DE 8 MEDITERRÁNEO
Domingo, 8 de mayo 2022
La tribuna de Opinión de LAS PROVINCIAS se abre los lunes a firmas ilustres de otros medios de comunicación, que aportan su particular visión sobre ... el futuro de la Comunitat Valenciana. Este periódico refuerza así su apuesta por la pluralidad sin perder nunca de vista sus señas de identidad.
No es fácil reconocer, y de hecho todavía hay muchas personas que no lo hacen, que el fin de la maldita pandemia está muy cerca. Algunos científicos y médicos no quieren ni hablar de la eliminación de las restricciones de manera global. Y de hecho, en la Comunidad Valenciana ya existe una quasi total normalidad para funcionar en las calles, en los trabajos, en los comercios, en los colegios. Y hablo de esto porque para muchos de nosotros, este año 2022 era un tiempo prometedor, con muchas posibilidades de reemprender actividades que han estado atascadas durante más de dos años. Volver a la calle, salir a cenar con amigos, celebrar las fiestas como las Fallas, salir de procesiones en Semana Santa, con cifras muy buenas de ocupación turística en Valencia y su costa. Y todo esto último precisamente gracias al supuesto fin de una pandemia que ha costado vidas y mucho sufrimiento. ¿Realmente ha terminado?
Sin embargo, siempre hay un «pero», la realidad es más obstinada, es más cruda. A pesar de un ligero aumento del optimismo en el último trimestre del pasado año, llevamos viviendo durante más de nueve meses un cúmulo de desastres y dificultades económicas que afectan fundamentalmente a las familias, verdadero motor social, económico, cultural y espiritual de nuestra sociedad. Y las familias, como siempre son las verdaderas olvidadas de los conflictos que se nos ciernen. Enumero someramente aquello que más nos afecta, pero sin intención de asustarnos; el aumento espectacular del coste de las energías (gas, luz, combustible, alimentación), un nuevo repunte del coste de la vivienda especialmente en nuestra región, crisis políticas nacionales que también afectan en lo local, falta de materiales y componentes en la industria y la tecnología que impide un normal desarrollo de las empresas, una subida del precio del dinero y de los tipos de interés que se llevará a cabo en muy breve plazo de tiempo, ya que la Reserva Federal Americana ha dado el primer paso, o una inflación desbocada que empobrece radicalmente a la clase media y que impedirá con toda seguridad un mayor crecimiento del consumo.
Pero no nos equivoquemos. En Valencia todos estos factores de riesgo se acumulaban antes del último desastre humano y político europeo que no he mencionado: la guerra de Ucrania. Un desastre que ya está afectando, y de manera muy directa a nuestra economía valenciana. No quiero parecer despiadado si no valoro el coste en vidas que esto representa, pero no es el objeto de mi breve reflexión en esta tribuna.
Las familias, como siempre son las verdaderas olvidadas de los conflictos que se nos ciernen
Me decía la semana pasada un buen amigo consultor, de estos profesionales que observa de verdad la realidad de los negocios desde el punto de vista de las personas, que vienen curvas económicas quizá similares o peores que las que experimentamos en el año 2008. Y yo le decía que esto de la «tormenta perfecta» había que tomárselo en serio, pero no tanto. Sobre todo porque en tiempos revueltos, había que ser valientes y aprovechar las oportunidades que se nos presentan.
Observemos algunos ejemplos esperanzadores muy concretos y cercanos. El Puerto de Valencia ha cerrado un año récord en exportaciones como nunca había tenido previamente, ha vuelto la inversión al pequeño comercio, no hay más que pasear por el centro Valencia o de Alicante, las Cámaras de Comercio de la región ofrecen un espectacular crecimiento de actividad con el fomento de la exportación, las entidades bancarias si comparamos con el año 2008, tienen mucha liquidez. Entonces no la tenían y muchas empresas tuvieron que cerrar por asfixia financiera. Bancos como Caixa Popular, de nuestra tierra, vuelven a obtener fuerte crecimiento de beneficios de dos dígitos, el último informe del BBVA Research observa cómo el crecimiento del PIB en 2021 en nuestra región fue del 5,4%, por encima de la media española y para este año prevé un aumento del 5%, una cifra que debería notarse en la generación de empleo, y que este informe cifra en 170.000 puestos de trabajo directos. Y todo ello gracias al valor de pequeños y medianos empresarios que se han dejado la piel en un esfuerzo titánico por recuperar «la vida» empresarial valenciana. Vale la pena asumir riesgos en momentos de un cambio global como el que estamos viviendo.
Y como postre, podíamos imaginar que hubiera pasado si además NO hubiéramos perdido una nueva oportunidad histórica de celebrar aquí la Copa de América, gracias a la desidia y falta de comprensión real por parte de nuestra administración local de lo que suponía este evento para la ciudad de Valencia. Qué pena.
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