Borrar
Entrada a la Parroquia San Vicente Mártir. Damián Torres
Una iglesia casi tan alta como el Miguelete: el proyecto no finalizado en honor a San Vicente Mártir
La Valencia imaginada

Una iglesia casi tan alta como el Miguelete: el proyecto no finalizado en honor a San Vicente Mártir

Del grandioso proyecto sólo se realizó la cripta en la que hoy en día se venera al primer patrón de la ciudad

Jaume Lita

Valencia

Lunes, 3 de junio 2019, 01:20

Valencia está llena de lugares que pudieron ser diferentes a los que hoy en día podemos disfrutar. Existe una ciudad imaginada, una urbe de proyectos variopintos a cargo de arquitectos que soñaron con construir en el Cap i Casal edificios, rascacielos, avenidas, recintos y monumentos que harían de Valencia una capital muy distinta a la que ha llegado a nuestros días. Esa 'Valencia imaginada' acoge todos esos pensamientos, proyectos y planos que se quedaron por hacer, que, en gran medida, no se empezaron a construir y en el caso de iniciarse se acabó de forma distinta a la planteada inicialmente. Casi en la esquina de la calle Ermita con la plaza de España pasa desapercibida la entrada a una iglesia que resguarda uno de los lugares más importantes para la historia religiosa de Valencia. Este enclave pudo ser muy diferente a como es hoy: el proyecto de iglesia del que solo se construyó la cripta.

Cuenta la historia de Valencia que en la época medieval la zona que vendría a corresponder con la actual plaza de España quedaba fuera de las murallas que protegían a aquella pequeña urbe de origen romano. En el siglo IV el diácono Vicente de Huesca fue atado a una rueda de piedra y arrastrado arriba y abajo por una gran vía que entraba y salía de Valencia (hoy, la calle San Vicente). Tras las torturas, el cuerpo fue despojado al otro lado de la muralla y cuenta la leyenda que protegido por dos cuervos. San Vicente Mártir es hoy en día patrón de la ciudad y aquel lugar externo a la antigua Valencia estaría más o menos ubicado en la unión entre la calle Ermita y la plaza de España, justo en el lugar que se encuentra la Parroquia de San Vicente Mártir. Cada 22 de enero es un lugar de culto y peregrinación para aquellos vicentinos que desean disfrutar del porrat valenciano y una mascletà en esta jornada festiva.

Que en este punto de Valencia se encuentre una iglesia en honor a la vida y martirio de San Vicente no es nada nuevo, aunque el actual templo muestre una imagen renovada. Su ubicación en el bajo de una final de domicilios es el final de un proyecto inacabado, una joya que Valencia dejó de tener en reconocimiento a su primer patrón. La ciudad estuvo cerca de contar con una iglesia casi tan alta como el Miguelete, pero de aquel grandioso monumento sólo se llegó a construir la cripta que hoy en día se puede visitar.

El antiguo templo llegó a propiedad de los Padres Misioneros del Inmaculado Corazón de María a principios del siglo XX. Con ese poder, los conocidos como claretianos buscaron renovar aquella antigua iglesia que se encontraba en deficientes condiciones y que sólo atraía a los devotos cada 22 de enero. El objetivo fue claro y directo: renovar la iglesia en honor a San Vicente Mártir. Por ello, el arquitecto José María Cerveró Gomis presenta en 1949 un grandioso proyecto de iglesia en ese mismo lugar. Con una cripta en su interior, lo más destacable era la dimensión a la que llegaba la fachada del templo. El punto más alto del Miguelete se encuentra a 63 metros de altura, mientras que la terraza está a 51 metros. El punto más alto de la fachada de la iglesia y cripta de San Vicente Mártir estaba previsto que llegara a los 50 metros.

Imagen del proyecto para la iglesia de San Vicente Mártir en la calle Ermita de Valencia. David Sánchez Muñoz

Según relata y detalla David Sánchez Muñoz en su libro 'Arquitectura y espacio urbano en Valencia, 1939-1957', la fachada estaría coronada con un gran obelisco y tres torres, en la central estaría situada una imagen de San Vicente Mártir, en el punto más alto, mientras que en las dos torres menores estarían representados un cuervo en cada una de ellas, recordando la leyenda vicentina que relata que el cuerpo del mártir fue custodiado por dos de estas aves. Además, un gran rosetón marcaría de forma destacada la parte baja de la construcción, mientras que en su interior se iba a reproducir en un extremo la capilla gótica que antiguamente existía.

El objetivo de esta obra, además, era el de hacer una cripta en la que honrar y recordar el lugar en el que fue despojado el cuerpo de San Vicente Mártir. Las obras empezaron por este punto bajo tierra. Hoy en día se pueden ver restos de la primitiva ermita en honor al patrón de Valencia. Y ahí se quedó la obra y el proyecto que fue concluido de la forma que hoy en día se conoce: una finca más del entorno.

La figura de San Vicente Mártir iba a coronar una de las fachadas más imponentes y destacadas de la ciudad de Valencia. Un hito arquitectónico a la altura del primer patrón de Valencia, pero que no cuajó, se quedó en los planos, en el mismo papel que se encuentran proyectos de Valencia como los rascacielos diseñados para la ciudad, los solares a los que se quiso trasladar la plaza de toros, el aeropuerto de Valencia sobre la Albufera, los proyectos sobre la zona más codiciada de la antigua ciudad, el campanario que falta en la Gran Vía Fernando el Católico, la construcción definitiva de La Lonja, la porticada plaza de la Reina, el homenaje póstumo y eterno a Vicente Blasco Ibáñez o la gran Basílica para la Virgen de los Desamparados, entre otros.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Una iglesia casi tan alta como el Miguelete: el proyecto no finalizado en honor a San Vicente Mártir