![Vicente Mas, dueño del Sant Jaume. Así es esta farmacia reconvertida en bar.](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202102/04/media/cortadas/IMG_6409-kQbC-U130431159762OXD-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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El Bar Sant Jaume lleva 36 años en la plaza con su mismo nombre, desde donde se ha constituido como un emblema de El Carmen. Su propietario Vicente Mas lo define como un lugar «atemporal», que regenta desde 1984, cuando decidió hacerse un ... hueco en una zona que ha cambiado mucho desde entonces: «Cuando yo empecé habían muchos más valencianos que extranjeros en El Carmen, se fue llenando de turistas y gente joven poco a poco», explica el empresario. El estallido de la pandemia y las restricciones de movilidad han cambiado todo eso: «No tiene nada que ver con lo de antes,ahora casi todo lo que se ve es gente del barrio», detalla Vicente.
El coronavirus ha cambiado muchas cosas dentro y fuera de su negocio, pero defiende orgulloso que la esencia no ha sido una de ellas. No le ha hecho falta «reinventarse» y mantiene el toque especial de su local conservando los restos de lo que era antes de él, una farmacia del siglo XX que cerró sus puertas en marzo del 84. No fue hasta diciembre de aquel año cuando Vicente volvió a subir la persiana del lugar, que había reformado con algunas excepciones. «La barra del bajo y el primer piso son las originales de la antigua farmacia, y también la puerta de las escaleras», explica orgulloso. «El Sant Jaume es una farmacia reinventada en la que se venden otros medicamentos», añade uno de los dos empleados que trabajan en el bar.
Sabe que su punto fuerte es ser el local «de toda la vida» y opta por mantenerse como tal para hacer frente a una crisis que ha sido «totalmente devastadora». Lo que más ha notado, «sin duda», ha sido la bajada del ticket medio: «Los clientes han disminuido y se dejan menos dinero desde el confinamiento», reconoce Vicente, que denuncia las restricciones a la hostelería. «No tienen ningún sentido -opina-. Las medidas de distancia e higiene se están siguiendo en la mayoría de casos, se nos ha estigmatizado y el sector está cumpliendo», insiste el propietario, que apunta la falta de presencia policial en el barrio. «Deberían hacer más controles, con sólo pasarse por aquí los clientes tendrían más cuidado y no tendríamos que cerrar antes», expone Vicente. Lamenta que el freno a la hostelería viene de antes a pesar de que el problema, en su opinión, es el botellón: «Cuando se cierra el bar la gente se va a la plaza a hacer beber. Perdimos ingresos con la ZAS pero el ruido sigue existiendo, porque se sigue vendiendo alcohol en la calle», detalla Vicente. «El botellón está prohibido desde hace mucho tiempo pero se hace la vista gorda», asegura.
Quienes pasan el día a día entre las calles del barrio, como Vicente Mas, explican los matices de una nueva realidad marcada por la pandemia. Lee en LAS PROVINCIAS qué sucede en el barrio de El Carmen a través de sus testimonios.
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