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Pere Borregolleva 21 de sus 70 años como presidente de la falla Na Jordana, una de las comisiones más conocidas de El Carmen. Desde que comenzó en su cargo, en 2001, tenía claro el enfoque que daría a su presidencia: «Continuar ... con nuestras tradiciones», explica. Costumbres que conoce de primera mano porque, además de «fallero de toda la vida», su padre ostentó el cargo antes que él, desde el año 1972. Potenció una línea cultural que su hijo mantiene a día de hoy, a través de actividades como la lectura del Tirant de Lletra o representaciones teatrales, y que considera «de verdadera importancia para el colectivo». Cuenta orgulloso que una de las plazas del barrio lleva su nombre, al igual que él: «Lo hicieron 'Fallero del siglo XX' por votación popular y el Ayuntamiento le dedicó la plaza Pere Borrego, donde se solía plantar la falla hasta el 1982». Los monumentos se montan desde entonces en la plaza Portal Nuevo, porque los cambios en las viviendas del entorno hacían imposible seguir quemándolos en su anterior ubicación.
La presencia de Na Jordana en El Carmen es «clave» y su presidente cree que el coronavirus no ha hecho más que evidenciar la importancia de las comisiones en la sociedad valenciana: «Ahora se están dando cuenta del peso del sector fallero en la economía», incide. Sus eventos atraen gente al barrio, «le dan vida» y sus actividades se enlazan con otros puntos clave de la zona como el Centre del Carmen, donde también realizan actividades. «Estamos muy vinculados con El Carmen, siempre hay colaboraciones cuando llegan las Fallas», asegura Borrego. Sin embargo, pocos de los falleros son ya vecinos de la zona. «Algunos sí que han vivido sus orígenes en El Carmen, pero ya no viven aquí. Somos 120 falleros y sobre unos 20 son de aquí», detalla Borrego.
El presidente destaca el trabajo colectivo y la implicación de los socios en el año más complicado para las Fallas: «El 2020 ha sido muy difícil para Na Jordana, fuimos una de las tres comisiones que ya teníamos plantado parte del monumento», relata Borrego sobre la cancelación de la fiesta el pasado marzo. Junto a Cuba-Literato Azorín y Regne de València, Na Jordana se vio obligada a quemar su falla: «El artista evaluó el coste que supondría volverla a construir para el 2021, unos 65.000 euros -explica.- El Ayuntamiento nos prometió una ayuda de 35.000 euros», cuenta Borrego. El presidente califica la situación como «insostenible» y por ello optaron por recaudar fondos a través de la plataforma de crowdfunding Verkami: «No podemos llegar a todo», concluye. A todo ello, se le suman la pérdida de ingresos por los eventos que no pueden organizar y la imposibilidad de juntarse en el casal por las restricciones de aforo: «Tenemos que venir por turnos», resume el presidente. Aun así, destaca que la pandemia no ha supuesto ninguna baja y ha evidenciado el compromiso de los falleros con la comisión: «De momento nadie se ha borrado, es normal que en fallas más pequeñas la gente se vaya si no hay actividades», explica Borrego.
La pandemia ha marcado el año más inusual en la historia de la comisión, desde donde el presidente relata los cambios que se ven en El Carmen: «Hace ya tiempo que la calle Na Jordana no es igual. Antes daba gusto verla llena de comercios de toda la vida, ahora no queda ninguno». Sobre el futuro, lo único que tiene claro es que «no hay que apresurarse», porque celebrar las Fallas «va a ser muy difícil»: «No va a ser la fiesta que ninguno queremos, las fallas no se tienen que plantar por obligación», opina el presidente.
Quienes pasan el día a día entre las calles del barrio, como Pere Borrego, explican los matices de una nueva realidad marcada por la pandemia. Lee en LAS PROVINCIAS qué sucede en el barrio de El Carmen a través de sus testimonios.
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